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Contaminación de Bienes Naturales

Descripción General de la Contaminación de Bienes Naturales

En el partido de Luján, al igual que en cualquier urbanización cuya economía y estilo de vida giren en torno al consumo masivo de productos, existen múltiples focos de contaminación de los bienes naturales, es decir del agua (superficial y/o subterránea), del aire y del suelo. Pero no todos estos focos representan hoy la misma relevancia en tanto no implican los mismos riesgos para la salud y la calidad de vida de la población. En este sentido, se identifican cuatro principales focos de contaminación: el basurero municipal (conocido como “la quema”), los efluentes industriales, los efluentes cloacales y pozos sépticos, y la aplicación de agroquímicos.

También pueden citarse otros focos de contaminación, como las actividades agrícolas (criaderos de pollos y chanchos), la contaminación por gases de combustión de vehículos, especialmente en el centro de la ciudad cabecera. Además, también pueden citarse la contaminación visual y por altos niveles de ruido en la zona céntrica de Luján. Los cuales que tienen un impacto focalizado que debe analizarse puntualmente en cada caso.

Una Lectura del Problema

El problema de la contaminación de bienes naturales puede entenderse desde una revisión del modelo económico-productivo vigente, el cual que pretende maximizar ganancias en un marco de competencia de mercado que requiere constantemente minimizar los costos. Tal competencia, en un marco de regulaciones y controles lábiles, genera una hiacia entre la buenas (y a veces no tanto) intenciones de la legislación y los hechos materiales concretos en el territorio. Así, ante situaciones que se salen de lo normado, excepciones y prorrogas se combinan con modelos economicistas de multas por infracciones cuyos valores pueden ser incorporados al valor del producto generado sin perjudicar su posición en el mercado. Esto da continuidad a un estado de las cosas que no modifica el proceso de contaminación de los bienes naturales afectados.

Pero en todo caso, el análisis de este problema muestra un trasfondo cultural. Una revisión ambiental de tipo antropológica y sociológica de este problema muestra que a interacción entre la sociedad y la naturaleza que entendemos como ambiente está fuertemente signada por la cultura como organizadora de las prácticas sociales. En este sentido, puede entenderse al ambiente como una interacción sociedad/naturaleza culturalmente organizada; entendiéndola como una respuesta “una respuesta del hombre como especie a la necesidad de supervivencia dentro del ecosistema, buscando adaptarse a él, a partir de su capacidad transformadora de sí mismo y de su entorno.” (Gonazlez, 1996: p59); una síntesis de procesos biológicos y conductuales que puede verse representados en la tecnología, en la organización de los procesos de producción y reproducción, en los elementos cognoscitivos y simbólicos así como también en los objetos materiales; y que puede entenderse como patrimonio (resultante de la valorización de su pasado) y como potencial (en tanto instrumento hacia su futuro) de una sociedad superviviente. Desde esta perspectiva, el ambiente muestra una continuidad en los procesos (físicos, químicos, bioquímicos, bióticos, sociales y culturales) que se materializan en organismos con características estructurales y conductuales específicas; así como también una continuidad en términos de escala, en las diferentes formas de organización que se suceden del nivel micro al macro.

El Basural Municipal

El basurero municipal tiene orígenes similares a este tipo de instalaciones en todas las localidades argentinas, cuyo crecimiento está relacionado al consumo de bienes descartables y la proliferación de packaging; pero se distingue de muchos de ellos en que aún hoy, con los avances existentes en la materia y las experiencias de otros municipios, no se han implementado mecanismos para procesar la basura que allí llega. Esto conduce a una serie de sinergias entre las sustancias arrojadas y sus diferentes procesos de degradación, el transporte de basura en general, las actividades humanas vinculadas al cirujeo y las deposiciones clandestinas. A su vez, la posición geográfica del basural multiplica sus impactos al generar sinergias con los efectos producidos con las cavas linderas (algunas de ellas utilizadas como depósito de residuos de una curtiembre). El mapa muestra la posición del basural, las cavas, el arroyo “el haras”, la ruta 192 desde donde se ingresa al predio y los barrios San Pedro, San Jorge, Santa Marta y San Fermín, donde residen muchos de los recicladores que hacer recolección en la ciudad así como también separación para venta de reciclables en el basural.

El enfoque sobre la contaminación que genera este problema señala tres bienes naturales afectados: las aguas subterráneas, los cursos de agua y el aire. Todos ellos con diferentes afectaciones directas o indirectas sobre la población de Luján. Este problema tiene también otras implicancias vinculadas a la proliferación de especies vectores de enfermedades e infecciones, a las condiciones de trabajo de los recicladores, la informalidad y connivencia gubernamental con esta actividad, así como también la falta de controles del ingreso de “residuos” (entendiendo que esta es una categoría difusa, porque lo que para alguien es residuo, para otro puede ser insumo, sentando las bases de reciclaje).

Respecto a la contaminación de las aguas subterráneas, el basural no cuenta con ningún tipo de protección de las napas subterráneas, no es un relleno sanitario sino un mero depósito de basura que genera lexiviados que pueden percolar a las napas subterráneas. Este fenómeno se refuerza con la colindancia de cavas cuya profundidad alcanza la napa freática (por ello se ven como lagunas), en las que llega a caer la basura misma.

En relación a los cursos de agua, la contaminación del arroyo “el haras” está dada por la proximidad a este y la reconocida vinculación de los arroyos pampeanos con la napa freática (imagen Adonis). Este arroyo corre levemente al sur del basural, en cuyas márgenes hay también cavas (calle mediante del basural), algunas de las cuales han sido utilizadas para el depósito de residuos de una curtiembre (con alto contenido de cromo), representa un foco de contaminación que no ha sido investigado ni analizado en detalle; pero es reconocido el riesgo ambiental por la peligrosidad de las sustancias implicadas y por las sinergias resultantes entre ellas.

En relación al aire, una de las principales fuentes de contaminación dentro del basural es la combinación de residuos de la poda mezclada con residuos sólidos urbanos. La poda suele secarse y, en determinadas condiciones, puede prenderse fuego. También el proceso de descomposición de basura levanta temperatura pudiendo empezar un proceso de combustión. Además, en ciertas oportunidades, la quema de basura suele ser iniciada por los recicladores para reducir volúmenes en su proceso de separación. El proceso de quema genera humos que son arrastrados por los vientos a las zonas residenciales vecinas, llegando en oportunidades a la ciudad de Luján. Estos humos implican importantes riesgos por ser resultado de una combustión de múltiples sustancias, generando una verdadera incógnita sobre la composición de los mismos y los efectos sobre las personas, los animales, los cultivos, la infraestructura, etc. Por su parte, si bien suelen hacerse movimientos de tierras para apagar los focos de incendio, esto no suele resolver los problemas, demostrando nuevamente la imperiosa necesidad de abordar integralmente, desde el municipio (responsable legal del tema), este problema mediante la implementación de una planta de tratamiento de residuos sólidos urbanos (incluida la poda y materiales de demolición) que incorpore en su organización a los trabajadores que actualmente realizan actividades en el predio.

Los intereses puestos en juego en esta zona han resultado en un verdadero impedimento para la resolución de este problema. Desde los intereses inmobiliarios que fuerzan la mudanza del basural a la zona sur del partido, generando otro foco de contaminación, de cara a reutilizar estos predios y los colindantes (muy desvalorizados) para emprendimientos de barrios cerrados. También intereses vinculados a la producción de materiales para obra pública de vialidad, como las tosqueras; y vinculados a la industria, como las cavas de residuos que se desconoce su estado de situación.

Los Efluentes Industriales

En relación a los efluentes industriales, estos generan una contaminación que puede resultar muy diversa. Emisiones gaseosas de sustancias que, sin un control pormenorizado, generan plumas de contaminación que varían con el viento. Efluentes líquidos que suelen verterse en ríos y arroyos, cuyos niveles de control estatal se desconoce en un marco de variaciones de la eficiencia del tratamiento de esos efluentes que no siempre garantiza la adecuación a norma de esos efluentes líquidos. También podrían considerarse los residuos sólidos que genera la industria, los que suelen resultar en traslados de residuos peligrosos (reglamentado por declaración jurada) para su tratamiento por contratación de servicios de terceros o vertidos en el basural municipal (lo que refuerza ese foco de contaminación).

Focalizar en este tipo de contaminación en el partido de Luján implica una revisión de las habilitaciones de las industrias radicadas en Luján, especialmente de aquellas que están en las márgenes del río y sus afluentes. El mapa muestra la localización de industrias en Luján, donde se destacan los parques industriales radicados en la localidad de Jáuregui.

La habilitación de estas industrias depende de la categorización de las mismas, siendo responsabilidad municipal para las categorías 1 y 2, y responsabilidad provincial para las industrias de 3ra categoría (mayor riesgo ambiental). En todo caso, los parques industriales son siempre de 3ra categoría por la concentración de industrias en un mismo sitio y por las sinergias que sus características pueden generar. La categorización resulta de una fórmula que comprende tanto los residuos que genera como el consumo de energía y la cantidad de trabajadores que emplea. En este sentido, el control de estas industrias varía dependiendo de la categoría de cada industria, pero en todo caso, la asignación del uso del suelo así como el permiso de radicación inicial es una responsabilidad netamente municipal, siendo responsabilidad de las autoridades locales la aceptación de industrias de 3ra categoría, reconocidas de mayor riesgo ambiental. Respecto a estas industrias, si bien su control es responsabilidad provincial, esto no impide que las autoridades municipales implementen controles sobre sus efluentes en las zonas linderas a ellas.

Efluentes Cloacales y Pozos Sépticos

En relación a los efluentes domiciliarios, residuos cloacales y otras denominaciones que puedan asignarse a las deposiciones líquidas de origen hogareño, el Partido de Luján presenta un importante déficit. Solo el centro de la ciudad cabecera cuenta con cloacas, mientras la gran parte de las viviendas deposita en pozos sépticos. Esta situación implica un doble foco: uno vinculado al actual tratamiento insuficiente de los efluentes cloacales, ya que la planta de tratamiento no está funcionando correctamente y vierte los efluentes al río sin el procesamiento requerido. Otro vinculado a la contaminación de las napas freáticas por parte de los pozos sépticos que, si bien con el tiempo suelen impermeabilizarse (especialmente por efecto de detergentes de uso hogareño), percolan en las napas todas las sustancias vertidas en el hogar, entre ellas aceites y desinfectantes que contaminan este acuífero (las heces humanas son biodegradables, siendo los productos de limpieza los de mayor impacto).

El enfoque sobre los pozos sépticos implica dos cuestiones: una vinculada a los servicios de desagote (tanques atmosféricos) y otra a su densidad. En relación al servicio de desagote, los camiones que prestan este servicio vierten sus cargas en la planta de tratamientos instalada en Open Door (en el predio de la colonia Cabred), cuya eficiencia no está comprobada ya que es una planta desarrollada para el uso de la colonia y que (supuestamente) ha sido acondicionada para estos efluentes. Pero, en todo caso, las sustancias vertidas son por confianza y no existe control alguno sobre las características de la ecualización que se genera al interior de cada tanque con la sumatoria de cargas transportadas.

Por su parte, la densidad de pozos sépticos implica un riesgo de contaminación de las napas más profundas, especialmente del pampeano, ya que la falta de cloacas se combina en gran parte del partido con la falta de una red de agua corriente. En este contexto, los pozos sépticos suelen estar próximos a pozos de extracción de agua, los cuales no siempre cuentan con la protección necesaria (encamisado) para evitar filtraciones que contaminen el agua de consumo. Estas características señalan la importancia de un control de la actividad de los poceros, la que no existe bajo pretexto de la construcción de infraestructura de agua corriente y cloacas. Pero mientras la ciudad se extiende, con nuevos loteos y barrios, especialmente emprendimientos cerrados y privados, tal infraestructura no existe, fomentando la proliferación de perforaciones y pozos sépticos que, aunque en el futuro no sean utilizados, ya están construidos.

Aplicación de Agroquímicos

Las condiciones económicas globales conjuntamente con el reciente desarrollo tecnológico agroindustrial han promovido un notorio aumento de la superficie cultivada con soja en la Argentina. Dichas nuevas tecnologías agrarias, que se comercializan en paquete, involucran semillas genéticamente modificadas, agroquímicos varios y maquinarias de siembra y cosecha que aumentan la rentabilidad de los suelos. Estos paquetes tienen interesantes ventajas para el desarrollo del cultivo pero sus efectos exceden los límites de la explotación agrícola, generando situaciones no siempre deseables.

Los efectos de deriva o escurrimiento producidos en la aplicación del herbicida pueden producir efectos totales o selectivos sobre la flora del ambiente involucrado. Si el banco de semillas fuera reducido por el efecto continuo del herbicida, es probable que se conformase una sucesión secundaria, con el avance de nuevas especies y comunidades vegetales. Es decir, una profunda transformación del ecosistema. Realmente relevante será entonces, controlar los efectos de la deriva, el escurrimiento y la mala aplicación del producto, mucho del cual no llega a su destino. En términos ambientales, es dable inferir que por las altas concentraciones a los que se expone y expondrá a la vida silvestre habrá efectos directos o indirectos indeseables, que deberán ser reevaluados independiente y adecuadamente. Si muchas plantas silvestres son refugio, alimento o área de reproducción de insectos benéficos, su desaparición afectará sensiblemente los sistemas de control integrado de plagas y enfermedades que, con debilidad aún, sobreviven con una visión más holística para alcanzar un manejo racional de los recursos.” (Pengue, 2003).

Entre los agroquímicos utilizados se encuentran el Glifosato, frecuentemente comercializado bajo el nombre de RoundUp. La exposición al mismo puede afectar la reproducción humana y el desarrollo fetal (Benachour et al.). A su vez, respecto al glifosato, Jorge Kaczewer (2007) estima que se utilizan unos 160 millones de litros por año en Argentina y agrega que “existen antecedentes de efectos adversos neurotóxicos ocasionados por el uso de herbicidas comerciales en base a este herbicida”. Este mismo autor advierte sobre la necesidad de realizar estudios toxicológicos a mediano y largo plazo, de dopajes y bio-ensayos, en aguas y suelos.

(introducir trabajo de carrasco y notas de ADN) Tal necesidad de estudios sobre los efectos del glifosato sobre la salud humana, sumado a diferentes publicaciones periodísticas (ver Grupo de Reflexión Rural (GRR)) y audiovisuales documentales (“Hambre de soja” (Viñas, 2004), “La siembra letal” (Viñas, 2003) o “Reverdecer” (Chaya, 2007) donde pueden verse testimonios de afectados por la deriva de agroquímicos aplicados a soja) que presentan testimonio sobre las afectaciones del uso de agroquímicos sobre el ambiente; y en particular, de personas afectadas por su aplicación en las proximidades de su hogar; invitan a buscar avances que signifiquen un aporte en la construcción de un conocimiento cuyo rigor científico permita tomar las decisiones necesarias para el resguardo de los derechos de la población expresados en el artículo Nro. 41 de la Constitución Nacional.

En tal dirección, el Proyecto de Ley –S-2189 del 2009, firmado por Osuna, Blanca; Corregidor, Elena; Maza, Ada; Guastavino, Pedro y Torres, Eduardo presenta en sus fundamentos un importante relevamiento del estado del conocimiento respecto a la aplicación de agroquímicos y propone la creación de un Programa de Protección y Prevención de Riesgo por Agroquímico, la prohibición del endosulfan y el 2,4 D éster; y la definición de presupuestos mínimos para la aplicación de agroquímicos en zonas periurbanas y cursos de agua y aplicación del Principio Precautorio en vistas del cumplimiento del Derecho a la Salud.

Dado el escaso conocimiento respecto a la deriva resultante de la aplicación de glifosato a cultivos de soja y maíz, pueden mencionarse algunas consideraciones están relacionadas con el desconocimiento de aspectos técnicos como la inversión térmica y el tamaño de gota, el uso inadecuado de maquinarias o la mezcla con otros agroquímicos para potenciar los efectos de la aplicación.

Inversión térmica: Efecto provocado por la diferencia de temperatura entre el suelo y el aire. En verano, el sol calienta el suelo. Al ponerse el sol, el suelo comienza a irradiar parte del calor acumulado a la atmósfera. El aumento de energía provocada por tal irradiación sobre las moléculas de aires de las capas más próximas al suelo genera una corriente de aire ascendente. Si se realiza una aplicación de agroquímico en estas condiciones, dicha corriente puede arrastrar las gotas del agroquímico. El pequeño tamaño de las gotas y las brisas que suelen ocurrir en las zonas rurales hacen que el agroquímico pueda ser arrastrado fuera de la parcela, depositándose en otras áreas.

Tamaño de gota: La eficiencia de una aplicación tiene una vinculación con el tamaño de la gota del agroquímico aplicado. Gotas de mayor tamaño caen más rápidamente, depositándose solo en la parte superior de las plantas. Al disminuir el tamaño de gota, estas experimentan con mayor intensidad los efectos de pequeñas corrientes de aire que conducen a cubrir una mayor superficie de la planta. Pero tal sensibilidad a las corrientes de aire que presentan una gota de menor tamaño presenta la desventaja de se aumentar la deriva del agroquímico aplicado.

Uso inadecuado de maquinarias: Suele estar vinculado con los aplicadores aéreos. Según el entrevistado, algunos propietarios de parcelas adquieren este tipo de maquinaria y conjugan la aplicación de agroquímicos con entretenimiento. Esto resulta en frecuentes usos inadecuados de los mismos, el sobrevuelo de zonas pobladas con posibles goteos de los productos aplicados entre otras problemáticas.

Mezcla de químicos: El glifosato, como en el caso de la fórmula comercial del RoudUp que contiene Polioxietileno-amina (POEA: Las fórmulas conteniendo glifosato producen mayor toxicidad aguda que el glifosato solo; según Kaczewer (2002) la cantidad de Round-up (glifosato + POEA) requerida para ocasionar la muerte de ratas es tres veces menor que la de gifosato puro), suele estar mezclado con otros químicos para mejorar su rendimiento. A su vez, según el entrevistado, aunque no consta en los manuales, es posible que algunos aplicadores mezclen el glifosato con hidrocarburos como cuadyuvantes (Ver www.aeroforo.com - Aeroforo - Foros de aviación Mobile – mensaje de Aeroaplicaciones-3; 17/4/2009,), con agua para diluirlo y aumentar la superficie aplicada o con 2-4 D. El 2-4D es un herbicida que suele ser utilizado independientemente. Además de su mayor volatibilidad, lo que aumenta la deriva de la mezcla, según Kaczewer (op.cita) es un neurotóxico que presenta:

La complejidad que presentan estas consideraciones conduce a focalizar la atención en las áreas potencialmente expuestas a la aplicación de agroquímicos, promoviendo la elaboración de una normativa que resguarde a la población de posibles efectos adversos. Se deja para una instancia posterior la realización de investigaciones interdisciplinarias, que cuenten con una fuerte presencia de profesionales de la agronomía, a fin de determinar con precisión las áreas afectadas por deriva de agroquímicos específicos, la vulnerabilidad y los riesgos en la salud de la población y el ambiente.

En 2011, el Concejo Deliberante de Luján sancionó la ordenanza 5953/2011 que restringe las aplicaciones, prohibiendo la aplicación aérea y restringiendo las aplicaciones terrestres a las áreas a una distancia mínima de 500 metros de las zonas urbanas. Al día de la fecha, esta ordenanza se encuentra vigente pero sin mayores controles por parte de su autoridad de aplicación.

Bibliografía y Fuentes Complementarias

Fuente/Bibliografía

Año Descripción Enlace (link)
1 Brittany Bates username
2 Nicholas Sanchez username
3 Debra Shaw username

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